Los legisladores estadounidenses interpelaron ante la cámara los mineros de Bitcoin con respecto al consumo de energía, así como a las emisiones de carbono y la posible crisis climática que podría causar esta actividad.
Ocho legisladores estadounidenses, entre ellos la senadora Elizabeth Warren, han escrito a las principales empresas mineras de BTC preguntando por sus prácticas.
Por no hablar de los efectos negativos que la criptominería tiene en el medio ambiente local y en los precios de los servicios públicos, dijo la senadora Warren.
Legisladores estadounidenses exigen respuestas
La senadora Elizabeth Warren (demócrata de Massachusetts) dijo que ella y otros siete senadores han escrito a seis empresas de minería de criptomonedas “expresando alarma por su uso excesivamente alto de energía.
Los lesgialdores esperan tener respuesta antes del 10 de enero por parte de estas compañías mineras. Las comunicaciones fueron dirigidas a Marathon Digital Holdings, Riot Blockchain, Bitdeer, Bitfury Group, Stronghold Digital Mining, y Bit Digital.
En sus palabras de los legisladores estadounidenses el enorme consumo de energía y las emisiones de carbono de la criptominería podrían poner en peligro nuestros esfuerzos para combatir el cambio climático, por no mencionar sus impactos negativos en el entorno local y los precios de la electricidad.
La senadora Elizabeth Warren escribió una misiva parecida a la empresa Greenidge Generation Holdings, la cual gestiona una de las más grandes instalaciones de minería de bitcoin dentro de los Estados Unidos. Esto ocurrió en el mes diciembre de 2017.
Ella cuestionó sobre la contaminación, los ecosistemas locales y el precio de la electricidad. Según un reciente análisis de Coinshares sobre la minería de bitcoin:
“El uso de la energía es un componente discutido e incomprendido del sistema monetario de Bitcoin” (…) las emisiones de carbono de las empresas de electricidad que brindan servicio a la red de criptominería de bitcoin son muy insignificantes”.
Retirar toda la red de minería de la demanda mundial supondría un error de redondeo del 0,08% de las emisiones globales de CO2, robando a cientos de millones de personas su única esperanza de una forma de dinero justa y accesible.