FTX almacenaba las claves privadas de los activos de los clientes en una cuenta de correo electrónico compartida y aprobaba los reembolsos de gastos a través de chats en línea.
Tras la quiebra del criptointercambio FTX, que desencadenó un grave contagio en todo el sector, se han hecho muchos descubrimientos impactantes sobre el sistema de gobierno y gestión de la empresa.
Un examen detallado de la declaración de bancarrota de la firma ha demostrado que “FTX era un fondo de inversión enmascarado como un negocio real”, según la reportera de FOX Genevieve Roch-Decter.
FTX aprobó gastos con emojis
Una parte del expediente de 30 páginas reveló que FTX Group no tenía un sistema de control de desembolsos adecuado. Los empleados presentaban solicitudes de gastos a través de chats en línea, mientras que los supervisores y gerentes las aprobaban con emojis personalizados.
La mayoría de las decisiones se tomaban a través de chats, y el fundador de FTX y ex director general, Sam Bankman-Fried (SBF), al parecer, animaba a los empleados a utilizar aplicaciones que borraban automáticamente los mensajes al cabo de un tiempo. De ahí la ausencia de registros duraderos de la toma de decisiones.
FTX no disponía de un sistema de gestión de efectivo, por lo que la empresa no conocía la cantidad de efectivo disponible en cada momento. La falta de un sistema de control de efectivo centralizado significaba que la empresa no tenía una lista precisa de sus cuentas bancarias y de los firmantes de las cuentas. Además, la bolsa no prestaba atención a la solvencia de sus socios bancarios.
FTX no registró correctamente los depósitos de los usuarios
Además, los criptoactivos depositados por los clientes no se registraron en el balance, y en el momento de la quiebra no se presentó el saldo de dichos activos.
Las empresas de FTX Group almacenaban las claves privadas de los activos de los clientes en una cuenta de correo electrónico grupal no garantizada. La empresa también utilizaba “programas informáticos para ocultar el mal uso de los fondos de los clientes”.
Un análisis más profundo reveló que los activos digitales de la empresa estaban controlados por SBF y el cofundador Gary Wang.
FTX no tenía reuniones del consejo de administración
La mayoría de las entidades del Grupo FTX, en particular las de Antigua y Bahamas, tenían estructuras de gobierno inadecuadas. En particular, la mayoría de ellas no se reunía nunca.
El imperio en quiebra tampoco tenía un registro adecuado de sus empleados. Tanto los empleados como los contratistas no tenían registros claros de la duración del trabajo y de la responsabilidad. Los intentos de recopilar una lista de todos los empleados han fracasado porque muchos de ellos no han podido ser localizados.
Los ejecutivos de FTX prodigaron los fondos de los usuarios
Curiosamente, los fondos corporativos de la empresa se utilizaron para adquirir viviendas y propiedades personales para algunos empleados de alto nivel sin la documentación adecuada. Las propiedades también se compraron a nombre de los empleados.
Los préstamos a partes relacionadas en la empresa hermana Alameda Research comprendían préstamos de 1.000 millones de dólares, 543 millones de dólares y 55 millones de dólares a SBF, al máximo ejecutivo de FTX, Nishad Singh, y al codirector general Ryan Salame, respectivamente.
Un informe anterior también afirmaba que SBF retiró 300 millones de dólares de los 420 millones que FTX recaudó en octubre de 2021 durante el mercado alcista.
