Torturan a fundador de Tuenti para que revelara sus claves de Bitcoin

Fundador de Tuenti

Unos asaltantes irrumpieron en el ático del fundador de Tuenti, Zaryn Dentzel, en el elegante barrio madrileño de Los Jerónimos, mientras estaba con varios trabajadores de mantenimiento.

El hecho ocurrió el pasado 2 de noviembre, luego que Dentzel abriera la puerta después de que sonara el timbre de su casa y cuatro encapuchados entraran por la fuerza y le ataran a él y a sus acompañantes.

Según reporte oficiales, al fundador de Tuenti lo acuchillaron en el pecho y utilizaron una pistola eléctrica sobre él en múltiples ocasiones, para que revelara sus claves privadas de Bitcoin.

Informó El Español, que los asaltantes huyeron unas horas después, con equipos informáticos, material tecnológico y múltiples teléfonos móviles.

Tras estudiar las cámaras de seguridad, la Policía Científica y Judicial maneja la hipótesis de que los presuntos delincuentes proceden de Europa del Este. Ante este hecho, los expertos recomiendan a todos, realizar las transacciones con dos o más claves privadas utilizando dispositivos de firma múltiple.

Las claves privadas guardadas en diferentes lugares pueden mejorar la seguridad.

Fundador de Tuenti

Fundador de Tuenti cambia versión de los hechos

Dentzel ha hecho la denuncia formal ante la policía para el asalto que sufrió el pasado 3 de noviembre en su casa cerca del Retiro Parque en Madrid, y ha asegurado en esta segunda versión que le fueron robados bienes, pero no bitcoins.

En un lugar enrevesada historia, cuando los agentes llegaron a su casa el día antes, se alegó que una cuadrilla de “cuatro o cinco encapuchados” lo torturó por horas en busca de las claves de sus billeteras electrónicas.

Los policías, que acudieron este miércoles a lugar de los hechos, determinaron que Dentzel tenía una “pequeña herida” en su pecho.

Por su parte, el portero de la residencia dijo que no observó nada extraño. De acuerdo con el informe presentado por los agentes con el testimonio de la víctima, Dentzel estaba en casa el martes cuando el timbre sonó. Él, pensando que era alguien que estaba esperando, abrió la puerta y de inmediato los cuatro encapuchados tan pronto entraron en la casa.

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