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¿Por qué tantos fondos e instituciones compran Bitcoin… a través de Strategy?

Cada vez más bancos centrales, fondos institucionales y gestores patrimoniales están optando por una vía curiosa para exponerse a Bitcoin: no compran BTC directamente, sino acciones de Strategy (antes MicroStrategy), la empresa de Michael Saylor. A mayo de 2025, Strategy posee 568,840 BTC, comprados a un precio promedio de 69,287 dólares, con un valor de mercado que ronda los 59 mil millones. ¿Por qué este camino indirecto? ¿Qué ventajas tiene? ¿Qué riesgos esconde?

Para muchas instituciones, tener BTC directo en sus reservas es aún una pesadilla operativa, contable y legal. Custodiar claves privadas, cumplir con marcos regulatorios dispares y lidiar con normas contables poco claras no es viable para todos. En cambio, comprar acciones de una empresa listada en Nasdaq, que además cotiza bajo regulación estadounidense, es mucho más manejable.Strategy se ha convertido, de facto, en una especie de ETF de Bitcoin con apalancamiento.

Esto último es clave: al usar deuda y emisión de acciones para adquirir BTC, Strategy ofrece una exposición amplificada. Si el precio sube, las acciones suben aún más. Es un vehículo con turbo para quienes buscan rendimientos agresivos. Y todo sin tener que mover un solo satoshi.

El atractivo es evidente. Comprar acciones de Strategy implica cero fricción operativa:no se necesita infraestructura técnica, no hay que cambiar mandatos internos ni buscar aprobaciones regulatorias complejas. Tampoco hay que enfrentarse a reglas contables que castigan a los activos digitales. Las acciones son inversiones tradicionales, fáciles de justificar en informes trimestrales. Además, para fondos que tienen restricciones para adquirir cripto directamente, esta vía es legal y accesible.

Pero no es oro todo lo que brilla.

Cuando compras Strategy no estás comprando solo BTC. También estás comprando la gestión de Michael Saylor, la estructura financiera de la empresa y sus decisiones futuras. Estás expuesto a su deuda, a su posible dilución accionaria y a su riesgo operativo. Si la compañía emite más acciones para comprar más BTC, tu participación se diluye. Si el mercado le cierra el grifo de financiamiento, el plan se detiene. Y si algo sale mal —regulación, fiscalización, errores estratégicos— el golpe lo reciben todos los accionistas, aunque el precio de BTC siga subiendo.

Hay otro factor: a veces las acciones de Strategy cotizan con prima sobre el valor de sus BTC; otras veces, con descuento. Eso distorsiona la exposición real y puede hacer que los inversionistas paguen más (o menos) de lo que valen los activos subyacentes.

Y la hegemonía de Strategy ya tiene competencia.Empiezan a surgir jugadores que quieren replicar (y mejorar) el modelo. Uno de los más ruidosos: TwentyOne, lanzado por Jack Mallers, fundador de Strike. Su propuesta es similar —empresa pública que acumula BTC— pero con estructura más eficiente, sin deuda, compras automáticas diarias y enfoque en transparencia. Mallers quiere posicionarse como la opción más fiel al espíritu Bitcoin: sin apalancamiento, sin intermediarios financieros y sin protagonismo personal. Si gana tracción, puede restarle espacio a Strategy entre inversores que buscan exposición indirecta, pero con menos ruido y riesgo corporativo.

¿Y si Strategy entra en problemas?

Es una pregunta válida. Si la empresa enfrenta insolvencia, podría verse forzada a vender parte de su BTC para cubrir obligaciones. Esa liquidación tendría impacto en el mercado y generaría presión bajista sobre el precio. Además, afectaría la narrativa institucional: una de las principales vitrinas del “Bitcoin corporativo” estaría en crisis. Para los inversores, significaría caídas fuertes en el valor de sus acciones, incluso si el precio de BTC no se mueve. Es el riesgo extra que implica delegar en una empresa la exposición a un activo que, en teoría, no necesita intermediarios.

Entonces, ¿vale la pena?

Para algunos sí. Es una forma conveniente de exponerse a Bitcoin sin tener que tocarlo. Pero es una apuesta doble: por Bitcoin y por la gestión de Saylor. El upside puede ser grande, pero el riesgo también. No es BTC puro. Es BTC con esteroides… y con tal vez demasiadas variables extra.

Por ahora, Strategy sigue siendo la vía institucional preferida por muchos que aún no pueden (o no quieren) tener Bitcoin directo. Hasta que los ETF spot globales sean estándar o la regulación sea más clara, esta puerta seguirá abierta. Con todo lo que eso implica.

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Última Actualización: mayo 16, 2025

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