Stablecoins: ¿Por dónde comenzar a regularlas?

Stablecoins regulación
Stablecoins: ¿Por dónde comenzar a regularlas?

La palabra stablecoin puede sonar agradable, pero para los críticos y políticos son nada menos que una bomba de tiempo.

Sea cierto o no, la presión para regular las stablecoins está ganando impulso. Los Estados Unidos y la Unión Europea están a punto de formalizar sus manuales, y dada la historia de la regulación financiera que emana de Washington y Bruselas, así como las directrices del Grupo de Acción Financiera, FAT o GAFI, sobre las criptomonedas en los últimos años,  lo más probable es que el mundo seguirá su ejemplo.

La regulación de las stablecoins no es una labor sencilla, ya que este tipo de activos tienen diversas características y no hay una solución única.

¿Qué son las stablecoins?

Las tres principales stablecoins por capitalización de mercado son Tether (USDT), USDCoin (USDC) y Binance USD (BUSD) y se encuentran vinculadas al dólar estadounidense.

Según sus respectivos desarrolladores, están respaldadas por reservas de billetes verdes y otros instrumentos financieros diversos para mantener su valor en 1 dólar en todo momento.

Tether ya se ha encontrado bajo escrutinio legal sobre la viabilidad y las fuentes de su reserva, lo que ha llevado a los otros dos proyectos a revelar sus respectivos activos de apoyo. La revelación de USDC, por su parte, arrojó luz sobre una cantidad sustancial de “papel comercial” (no necesariamente de alta calidad o con liquidez) en su respectiva reserva.

Para muchos, la revelación llevó a la conclusión de que la empresa está actuando como un banco, no como un negocio de pagos.

Otras stablecoins menos conocidas utilizan una plétora de enfoques alternativos. Pueden estar vinculadas a materias primas, como el oro o el petróleo, como ocurre con el controvertido Petro de Venezuela.

Otras opciones más exóticas son las monedas vinculadas a los créditos de carbono, como la UPCO2, las monedas respaldadas por criptoactivos, como la Dai, y, quizá la más rara de todas, las stablecoins como Terra (UST), que no tienen ninguna garantía y se basan en algoritmos para mantener sus precios estables.

Por supuesto, algunos podrían decir que la regulación sólo frenará la innovación, por lo que los gobiernos deberían mantenerse al margen de las criptomonedas, pero este argumento no tiene en cuenta el contexto histórico.

Stablecoins caracteristicas
No se puede regular a todas las stablecoins de la misma manera por ser distintas

Mucho antes, en la era de la banca salvaje, las monedas privadas emitidas por bancos sin escrúpulos a menudo dejaban a la gente que las compraba con papeles sin valor, por lo que el billete verde fue consagrado como la única moneda nacional de los Estados Unidos.

La misma lógica se aplica a la crisis de los fondos del mercado monetario de 2008, cuando las autoridades federales pusieron en marcha nuevas normas para proteger al ciudadano de a pie de los grandes inversores que sacaban grandes sumas de ellos.

La sociedad determina que los consumidores necesitan protección contra las estafas o simplemente el mal juicio de quienes custodian, transfieren valor o prestan servicios similares. Se han puesto en marcha normas y reglamentos para controlar quién puede emitir y canjear lo que se considera  dinero y se ha escrito el libro de jugadas para los que manejan cantidades de dinero que pueden hacer temblar la economía si se manejan mal.

¿Por qué no hacer lo mismo con las stablecoins, un mercado con un tope total de más de 133 mil millones de dólares? Sencillamente, no tiene sentido mantener la espada de Damocles de una corrida bancaria de las criptomonedas colgando sobre las cabezas de los inversores y comerciantes. ¿Por dónde empezar?

El exterior

Las stablecoins algorítmicas no son tan masivas como las garantizadas con fiat. TerraUSD, vinculada al dólar estadounidense, pero que técnicamente carece de garantía subyacente, es la quinta mayor stablecoin, y DAI, respaldada por ETH, es la cuarta mayor stablecoin, según CoinMarketCap. Tether representa aproximadamente la mitad de la capitalización total del mercado de las stablecoins.

Desde el punto de vista normativo, las stablecoins algorítmicas y respaldadas por criptomonedas no están actualmente tan estrechamente entrelazadas con el sistema financiero tradicional como las que tienen instrumentos financieros convencionales en su reserva.

Stablecoins reguladores
Los reguladores podrían llegar a establecer una norma para incorporar informes y auditorías automáticas en el código que alimenta las monedas

Dichas monedas suelen estar totalmente integradas en el ecosistema de criptomonedas más amplio o en sus redes. Dicho esto, dado el tamaño y las actividades de estas organizaciones -que efectúan la transferencia de valor, en esencia, no siempre en consonancia con las leyes jurisdiccionales- son tan dignas del punto de mira de los reguladores como otras stablecoins.

Al tratarse de un libro de contabilidad abierto e inmutable, la cadena de bloques está abierta a la auditoría, al igual que los contratos inteligentes que impulsan estos proyectos. Suponiendo que la identidad pueda vincularse a los monederos, la transparencia no es necesariamente un problema.

Lo que sí es un problema, al menos potencialmente, es despertar la imaginación de las entidades acostumbradas a tratar con las finanzas tradicionales y, al mismo tiempo, animar a los proyectos de criptomonedas a encontrar soluciones para cumplir con las normas que rigen nuestra sociedad.

En teoría, los reguladores podrían llegar a establecer una norma para incorporar informes y auditorías automáticas en el código que alimenta las monedas. En la práctica, hacer algo así plantea la cuestión de un marco regulador más amplio para las criptomonedas como tal.

Múltiples reguladores están trabajando en este libro de jugadas también, pero todavía hay un camino por recorrer antes de que se complete.

Dada la aparente concentración en los gigantes con garantía fiduciaria como Tether, la primera orden del día será clasificarlos según las actividades (pago, banca, inversión) y aplicar los requisitos de licencia necesarios en consecuencia. Lo más probable es que las stablecoins algorítmicas queden en el limbo de la regulación hasta que los poderes fácticos determinen si son productos básicos o no, o incluso que se prohíban directamente, lo que las obligará a elegir entre adaptarse a la normativa o quedar marginadas.

Sea como sea, está claro que las stablecoins van a recibir un duro despertar por parte de los reguladores de todo el mundo y con razón.

Con su capitalización de mercado en alza, las stablecoins son ahora uno de los pilares clave del ecosistema de las criptomonedas como tal. Al adoptar la regulación, la comunidad de criptomonedas simplemente se asegurará de que este coloso no tenga pies de barro.

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