¿El Salvador dejará de pagar su bono en 2023?

salvador embajada bitcoin

El bono soberano de El Salvador, que tiene un valor de 800 millones de dólares y vence en enero de 2023, tiene ahora una probabilidad implícita de impago del 48%. Después de reconocer al bitcoin como una forma legítima de moneda desde hace poco más de un año, los inversores de los mercados financieros internacionales creen que hay un cincuenta por ciento de posibilidades de que el gobierno deje de realizar los reembolsos previstos en ocho meses.

La economía de El Salvador se expande a un ritmo lento, el presupuesto del país es deficitario y la deuda total del país supera el 90% del PIB (con un coste del 5% anual, frente al 1,5% de Estados Unidos). En ausencia de avances económicos significativos, la nación puede declararse en bancarrota.

La gran mayoría de los analistas y estudiosos coinciden en que el impago de un soberano es caro. Una corrida bancaria es posible en naciones dolarizadas como El Salvador si el gobierno no cumple con sus pagos a tiempo. Las instituciones financieras de El Salvador, incluidos sus bancos, compañías de seguros y fondos de pensiones, tienen una cantidad significativa de deuda gubernamental nacional y extranjera, similar a la situación de otras economías emergentes.

Incluso si la administración del presidente Nayib Bukele sólo dejara de pagar la deuda internacional, la deuda local se volvería más arriesgada (y menos valiosa), creando pérdidas de papel a precio de mercado que consumirían los colchones de capital de los bancos y dañarían los balances del sector financiero. Este sería el caso incluso si la administración sólo incumpliera la deuda internacional.

Es posible que un número significativo de salvadoreños opte por mantener su dinero en efectivo o en instituciones seguras en Estados Unidos, en lugar de en los bancos más precarios de su propio país. Las grandes retiradas o salidas de efectivo de Estados Unidos podrían presionar la liquidez de los bancos nacionales y provocar su colapso. Dado que la autoridad monetaria de El Salvador no puede producir dólares estadounidenses para sofocar el pánico o salvar a los bancos en quiebra (sólo la Reserva Federal de Estados Unidos puede hacerlo), es necesario que el banco central utilice sus reservas, que ascienden a 3.400 millones de dólares y representan el 12% del producto interior bruto del país.

Dados los riesgos y las repercusiones de entrar en cesación de pagos, El Salvador prefiere seguir pagando. Al menos por el momento, el gobierno tiene la intención de seguir pagando la deuda. En marzo, el Ministro de Hacienda de El Salvador declaró que el riesgo de impago del país es “nulo” y que el gobierno pagará en cualquier circunstancia. También afirmó que el gobierno pagará en su totalidad.

El objetivo de Bukele es ganar la reelección en 2024 y continuar su mandato como alcalde durante otros cinco años. Sus altos índices de popularidad (85%), así como su mayor control sobre los medios de comunicación y el sistema judicial, le garantizan la victoria en las elecciones.

Las posibilidades

La administración de Bukele ofreció a los inversores extranjeros bonos por un total de 1.100 millones de dólares en 2019 y 2020. En 2025, cuando vence otro bono de 800 millones de dólares, Bukele podría quebrar. El Salvador puede pagar por ahora.

En el caso de que esto no ocurra, Bukele puede negociar un programa con el FMI que cree una financiación barata para el gobierno. A cambio de cambios, el FMI distribuiría esta financiación.
Para reducir con el tiempo la relación entre la deuda y el PIB, el FMI probablemente exigiría una consolidación fiscal, que implica subir los impuestos y recortar el gasto. Además, sería necesaria una reforma de las criptomonedas para reducir los riesgos macro. La popularidad de Bukele y la mayoría legislativa se combinan para hacer de esto una posibilidad realista. No es la ley del bitcoin lo que le ha hecho popular, sino su estricta política de seguridad. La ley del bitcoin podría modificarse con repercusiones políticas relativamente mínimas.

Existe la posibilidad de que las “ballenas” de la criptomoneda que están a favor de la “adopción de bitcoin por parte del Estado-nación” proporcionen ayuda financiera a El Salvador. El emisor de stablecoin Tether, el intercambio de criptodivisas Bitfinex u otras entidades podrían prestar directamente al gobierno, comprar bonos locales o depositar dólares estadounidenses en los bancos de El Salvador, que los bancos podrían utilizar para adquirir deuda del gobierno.

El país tiene otras opciones. Aunque no son espectaculares, hay opciones. Todo esto apunta a que El Salvador no dejará de pagar su deuda en 2023.

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