Michael Alan Stollery, el operador de una oferta inicial de monedas (ICO) fraudulenta, reconoció haber engañado a los inversores.
En 2018 se presentaron cargos por fraude de valores contra Michael Alan Stollery, CEO de Titanium Blockchain Infrastructure Services (TBIS), en relación con la oferta inicial de monedas (ICO) de su plataforma.
Este jueves, Stollery admitió haber participado en una actividad fraudulenta con valores. En pleno auge de la actividad en 2017, la oferta inicial de monedas (ICO) se realizó entre noviembre de 2017 y enero de 2018.
Confusión
Según el DOJ, Stollery admitió haber hecho declaraciones falsas sobre el libro blanco del proyecto en un esfuerzo por atraer a los inversores en los Estados Unidos y en otros lugares.
“Stollery ha admitido que, para atraer a los inversores, fabricó los libros blancos de TBIS. Estos documentos pretendían explicar la opción de inversión en criptomonedas, incluyendo su propósito y tecnología, cómo se diferenciaba de otras oportunidades de criptomonedas, y lo rentable que sería. Stollery admitió que lo hizo para atraer a los inversores.”
Además, el aviso afirmaba que se habían subido al sitio web testimonios ficticios de clientes, así como contenidos que afirmaban tener relaciones con la Reserva Federal, con el fin de dar la impresión de que Titanium Blockchain poseía autoridad.
21 millones de dólares invertidos
La oferta inicial de monedas (ICO) logró recaudar 21 millones de dólares en Bitcoin, ETH y efectivo para la red y su token BAR. Esta suma es más espectacular de lo que habría sido sin los chanchullos descritos anteriormente. Las meteduras de pata multimillonarias continúan.
Stollery dijo que había utilizado indebidamente los fondos de los usuarios para pagar gastos personales, como las facturas de las tarjetas de crédito y el alquiler de su residencia en Hawai.
Según la SEC, Stollery no registró la oferta inicial de monedas (ICO) de su empresa. El acusado se declaró culpable de un cargo de fraude de valores.
La sentencia para Stollery está fijada para el 18 de noviembre. En caso de ser declarado culpable, podría enfrentarse a una sentencia máxima de veinte años de prisión, teniendo en cuenta las Directrices de Sentencia de los Estados Unidos, así como cualquier otro factor relevante. La admisión de culpabilidad del acusado sugiere que el juez no impondrá una pena severa.
