Banner

El mundo cripto está en shock. El 21 de febrero de 2025, Bybit, uno de los exchanges más grandes del planeta, fue golpeado por un atraco digital sin precedentes: hackers, presuntamente el temido grupo norcoreano Lazarus, vaciaron una cartera fría de Ethereum por 1,500 millones de dólares. Sí, leíste bien, ¡1,500 millones! Y lo más escalofriante es que, mientras el mercado tiembla y los inversores huyen despavoridos, los ladrones ya están borrando sus huellas a una velocidad endiablada. En un solo día,movieron 27 millones de dólares a una cartera identificada, con más de 83 transacciones relámpago que dejaron boquiabiertos a los analistas. ¿El dato que hiela la sangre? Todavía controlan más de 1,300 millones en 53 carteras, y la pesadilla apenas comienza.

Imagínate la escena: Bybit, con sus 16,900 millones de dólares en activos, era un titán intocable. Pero en un abrir y cerrar de ojos, hackers sofisticados explotaron una transferencia rutinaria de Ethereum, manipulando contratos inteligentes y engañando a los firmantes como si fueran magos del crimen digital. El resultado fue un éxodo masivo de fondos: 401,000 ETH robados, un botín tan grande que supera cualquier robo cripto anterior, desde Poly Network hasta Ronin. Y mientras el CEO Ben Zhou intentaba calmar las aguas en un livestream con cara de póker, los usuarios no esperaron: retiraron millones en pánico, reduciendo los activos de Bybit a 11,200 millones en cuestión de días. El precio de Ethereum, por su parte, se desplomó hasta un 8%, sembrando dudas sobre si los exchanges centralizados son una trampa mortal para los ahorros de millones.

Pero lo que realmente pone los pelos de punta es cómo los hackers están jugando al gato y al ratón con la blockchain. En solo 24 horas, transfirieron 135,000 ETH —unos 335 millones de dólares— usando trucos dignos de una película de Hollywood. Fragmentación, «chain hopping», intercambios descentralizados y puentes entre cadenas: cada movimiento está diseñado para despistar a los sabuesos digitales. Especulaciones apuntan a que entre el 10% y un porcentaje mayor ya está en proceso de lavado,convertido en Bitcoin o dispersado en rincones oscuros de la red. Los expertos de Elliptic y Chainalysis, que siguen el rastro con lupa, aseguran que Lazarus no es un grupo cualquiera: son maestros del blanqueo, con años robando miles de millones para financiar misiles norcoreanos. Y esta vez, su botín es tan colosal que podrían estar riéndose mientras el mundo cripto llora.

La recuperación parece una misión imposible. Hasta ahora, solo se han rescatado 43 millones —un mísero 3% del total— gracias a esfuerzos desesperados de Bybit y sus aliados. La empresa ofrece hasta 140 millones en recompensas para quien ayude a cazar a los ladrones, pero los analistas no se hacen ilusiones. Con la velocidad del lavado y la habilidad de Lazarus para saltar entre blockchains, las probabilidades de recuperar algo sustancial son más bajas que ganar la lotería. Los 1,300 millones restantes podrían esfumarse para siempre, dejando a Bybit con un agujero financiero y a los inversores con el corazón en la mano. Zhou jura que la plataforma es solvente y que cubrirá las pérdidas, pero, ¿quién le cree cuando el pánico ya se apoderó del mercado?

Este robo no es solo un golpe a Bybit; es una bofetada al cripto entero. La confianza en los exchanges centralizados, ya tambaleante tras años de hackeos, está en su punto más bajo.Los usuarios se preguntan: ¿es seguro dejar un centavo en estas plataformas? ¿O es hora de correr a las billeteras frías antes de que el próximo Lazarus ataque? Mientras los hackers siguen moviendo millones y el rastro se enfría, una cosa queda clara: en el salvaje oeste del cripto, nadie está a salvo, y el próximo gran golpe podría estar a la vuelta de la esquina. ¡Prepárate, porque esto está lejos de terminar!

Categorizado en:

Noticias,

Última Actualización: febrero 26, 2025