Cuando El Salvador 🇸🇻 se convirtió en el primer país del mundo en adoptar el bitcoin como moneda de curso legal en septiembre de 2021, la decisión del presidente Nayib Bukele generó una gran atención internacional. 🌎
🤔 Si bien el objetivo inicial era impulsar la adopción de la criptomoneda y atraer inversiones, los resultados han sido mixtoshasta ahora.
📉 Más allá del llamativo anuncio y la imagen de innovación que proyectó el gobierno, la realidad es que la adopción de bitcoin entre los salvadoreños ha sido muy limitada.
🤑 Según estudios, solo la mitad de los adultos se han descargado la aplicación oficial Chivo, y la mayoría lo hizo solo para aprovechar el incentivo de $30 en bitcoins que ofrecía el gobierno.
💸 Después de eso, el uso de la criptomoneda en transacciones diarias ha sido muy bajo, ya que muchos ciudadanos aún prefieren utilizar efectivo o el dólar estadounidense.
📱 Esto se debe en parte a que gran parte de la población salvadoreña aún no tiene acceso a smartphones o cuentas bancarias, lo cual dificulta la adopción de una moneda digital.
💸 Además, la volatilidad inherente del bitcoin hace que muchos prefieran convertirlo rápidamente a dólares para poder cubrir sus gastos.
📈 No obstante, el gobierno de Bukele sigue apostando por el bitcoin y ha anunciado planes para emitir el primer bono soberano respaldado por la criptomoneda en 2024.
💰 Además, ha reportado ingresos por la conversión de bitcoins a dólares para empresas locales, la minería y los servicios gubernamentales.
🤔 Pero más allá de estos ingresos, aún es incierto si el bitcoin logrará tener un impacto significativo en la economía salvadoreña a mediano y largo plazo.
🚨 Algunos expertos advierten que la estrategia de Bukele podría empujar al país hacia un default, al depender demasiado de la especulación con la criptomoneda.
El anuncio de Bukele generó un gran impacto mediático en su momento, fue noticia mundial, pero la realidad es que la adopción de bitcoin en El Salvador ha sido limitada hasta ahora.
🤔 Mientras el gobierno sigue apostando por la criptomoneda, su futuro en el país centroamericano aún es incierto y podría traer tanto beneficios como riesgos a la economía.
