El aumento de la dificultad de minería de Bitcoin ha generado un aumento de ingresos para los mineros, aunque también implica un mayor gasto en hardware y electricidad para poder mantener la eficiencia en la resolución de bloques en la red.
Recientemente se ha anunciado al mundo que la dificultad de minería de la primera criptomoneda ha aumentado en un 7,56%, alcanzando un máximo histórico de 46,84 T.
Este aumento en la dificultad de minería significa que los procesos de resolución de bloques se vuelven más complejos y requieren de mayor poder de cómputo para su ejecución.
Pero esto no es todo, pues el promedio hashrate de la red ha alcanzado los 335,23 EH/s, aumentando en más del 30% desde el inicio del año. De acuerdo con Glassnode, un sitio especializado en el monitoreo de criptomonedas, el indicador suavizado de potencia informática de la red ha alcanzado los 339,7 EH/s.
Este aumento repentino en la dificultad de minería ha permitido que los ingresos de los mineros de criptomonedas hayan aumentado en un 37% desde el último aumento de dificultad. Esto se debe en parte a la caída del costo de la energía eléctrica en Estados Unidos y a la reciente subida de Bitcoin, ya que la rentabilidad de la minería está directamente relacionada con el precio de la criptomoneda.
