En el mundo de las criptomonedas, las «ballenas» son aquellos que poseen grandes cantidades de activos digitales, capaces de mover montañas con sus transacciones. Estas entidades o individuos pueden influir tanto en los precios como en las tendencias del mercado con solo mover sus carteras.
Las ballenas pueden comprar grandes volúmenes de criptomonedas, elevando artificialmente el precio para luego vender, o «dumpear», creando una caída abrupta que puede dejar a muchos inversores minoristas con pérdidas. Esto se conoce como el «pump and dump», una táctica de manipulación donde se inflama el precio con campañas de marketing o rumores antes de vender todo.
Otra técnica que usan es el «stop hunting». Aquí, las ballenas empujan el precio hasta alcanzar los puntos donde los traders han colocado sus órdenes de stop-loss, forzando la liquidación de estas posiciones y permitiendo a las ballenas comprar a precios más bajos.
No todas las ballenas manipulan el mercado; algunas son inversores de largo plazo, o «HODLers», que creen en el valor futuro de las criptomonedas y simplemente acumulan. La manipulación viene de aquellos que buscan beneficios rápidos, aprovechando la volatilidad y la falta de regulación en el mercado cripto.
Las ballenas pueden hacerse de tal estatus al comprar criptomonedas cuando son baratas, o a través de inversiones institucionales donde grandes cantidades de dinero se destinan a criptomonedas.
Ejemplos de esta manipulación son notorios en eventos como la caída del stablecoin UST en 2022, donde se especuló que una o varias ballenas vendieron grandes volúmenes, desencadenando una despegada de su valor del dólar. Otro caso fue la caída del 50% del precio de Ethereum en Kraken en 2021, posiblemente debido a una venta masiva por parte de una ballena. También durante el boom de Bitcoin en 2017, se sospechó de manipulación por ballenas en momentos de caídas repentinas tras picos de precios.
Aunque algunas ballenas simplemente acumulan y sostienen sus criptomonedas, otras juegan un juego peligroso de manipulación de mercado. La transparencia de la blockchain permite a los inversores vigilar estos movimientos, pero el mercado sigue siendo un terreno donde la vigilancia y el conocimiento son esenciales para no ser arrastrado por las olas creadas por estos titanes financieros.
