Javier Milei, candidato presidencial para las próximas elecciones en Argentina, ha presentado un plan de dolarización para arreglar la economía del país si resulta elegido. La propuesta, que cuenta con partidarios y detractores, tendría como objetivo solucionar la histórica devaluación del peso argentino y la inflación interanual superior al 100% que Argentina registró en marzo.
Los economistas argentinos y la población debaten sobre la dolarización como posible solución a los problemas de devaluación e inflación que sufre actualmente el país. La propuesta, presentada por Javier Milei, uno de los más firmes contendientes en las elecciones presidenciales de octubre próximo según varias encuestas, incluye el abandono del peso argentino como moneda fiduciaria, y la conversión de todos los depósitos y reservas de los bancos centrales y privados a dólares estadounidenses.
Según Milei, ésta sería una de las soluciones más factibles a los innumerables problemas a los que se enfrenta la economía nacional. A principios de este mes, declaró:
”Si se quiere terminar con la estafa de la emisión monetaria para cubrir al fisco y terminar con la inflación, dado que los políticos argentinos son unos ladrones, la única forma es cerrar el Banco Central y, al comienzo [de mi gobierno], dolarizar [la economía]”.
Aunque Milei no ha determinado el tipo de cambio al que su plan convertiría pesos a dólares, para él el coste social sería cero, ya que la dolarización acabaría con la inflación, que está golpeando duramente a los ciudadanos argentinos.
Coste y efectos de la propuesta de cambio a dólares
Se calcula que el plan de Milei, que no es nuevo, costará al país 40.000 millones de dólares. El peso argentino ha perdido más del 15% de su valor en menos de diez días frente al dólar estadounidense, algo que ha dado alas a la campaña de Milei. Esto en un país que tradicionalmente ha utilizado el dólar como opción de ahorro, más aún después de que se introdujera el llamado “corralito”, una medida que restringía el número de dólares que los argentinos podían retirar de los bancos privados allá por 2001.
Uno de los efectos de la nueva medida, de aplicarse, sería el abandono del establecimiento de una política monetaria nacional. Esto es criticado por varios analistas, que afirman que la medida ataría estas políticas a lo que dicte la Reserva Federal de Estados Unidos, lo que puede o no ser beneficioso para la economía argentina.
Otros, como el ex ministro de Hacienda Domingo Cavallo, creen que la dolarización será una opción para “estabilizar” al país en 2024 o 2025, antes de realizar una serie de reformas para aminorar el efecto de esta medida sobre salarios, jubilaciones y otros haberes.
