El uso de criptomonedas ha ido en aumento en Afganistán, ya que los sistemas financieros tradicionales se derrumban en medio de las represiones sociales del talibán.
Mientras la toma de Kabul, capital de Afganistán, por parte del talibán, el Banco Central de Afganistán retiró las reservas de sus bóvedas.
Posteriormente, los Estados Unidos detuvieron el envío de billetes de dólares, al mismo tiempo que los bancos de la nación imponían controles de capital.
Dado que los gobiernos occidentales, los bancos internacionales y las compañías de servicios monetarios, bursátiles y financieras han cortado el acceso a otras formas de financiamiento, los afganos se han visto en la necesidad de usar cada vez más las criptomonedas como un lugar seguro para preservar, y a su vez almacenar sus fondos a manera de salvavidas financiero en medio de la incertidumbre.
Por tal, Afganistán está ahora entre los primeros 20 países en uso de activo digitales, de los 154 clasificados en el Índice de Adopción Global de Criptodivisas de 2021.
Cabe destacar que durante el 2020, la nación ocupó uno de los puestos más bajos en esta categorización, según los datos publicados por la empresa de análisis del criptomercado, Chainalysis en el pasado mes de agosto.
Este análisis o clasificación cataloga a las naciones de acuerdo al incremento del volumen de transacciones en criptodivisas y lo ajusta, al mismo tiempo, al poder adquisitivo de la población.
Beneficios del uso de criptomonedas
Además de preservar sus ahorros y capitales de la inflación e incertidumbre de los mercados, algunos afganos inversores en criptodivisas han podido utilizar estos recursos para evacuar de forma segura a sus familiares y amigos de la nación atenazada por el talibán.
Durante la última década, la fundadora de la organización sin fines de lucro Digital Citizen Fund, Roya Mahboob, junto a su hermana, enseñaron a miles de niñas y mujeres conocimientos básicos necesarios de informática en sus centros de Herat y Kabul para enfrentar este tipo de situaciones.
Asimismo, brindaron servicios financieros a estas niñas y mujeres que carecían de una cuenta bancaria porque les estaban vetadas o carecían de la documentación necesaria para poseerlas.
Es así como, aproximadamente, 16 mil niñas y mujeres aprendieron conocimientos básicos de informática en los centros del Fondo Ciudadano Digital y pudieron crear una wallet en criptomonedas para recibir y albergar fondos.
Aprendieron a comercializar e invertir en Bitcoin y Ethereum
Algunas de las más entusiastas, aprendieron a comercializar e invertir en Bitcoin y Ethereum, con estos recursos, algunas lograron salir del país luego de que el talibán irrumpiera en Kabul el 15 de agosto pasad.
Usaron sus wallets para transferir dinero fuera del país, para así ayudar a evacuar a sus familias y amigos para que se establecieran en otras naciones.
Esto es clara muestra de que a pesar de que los grandes inversores institucionales mantienen reservas ante las criptodivisas, estas son cada vez más aceptadas y usadas por quienes han tenido, de manera tradicional un acceso limitado al sistema bancario formal.
También por quienes se encuentran en zonas de conflicto, guerras o países inestables política y económicamente.
Por ejemplo, Venezuela que atraviesa más de ocho años seguidos de recesión económica, ha utilizado Dogecoin para comprar bienes esenciales, tras la caída en picada del Bolívar, su moneda local.
Keith Carter, profesor asociado de la Escuela de Computación de la Universidad Nacional de Singapur declaró que; “En los Estados fallidos, con problemas económicos, políticos o sociales, los activos digitales son a una forma de apoyar a los miembros de la familia”.
Además, Carter también calificó a las criptomonedas como una gran ayuda para los ciudadanos de países en los que no existe infraestructura digital porque “a la vez que fomenta el desarrollo de la infraestructura al aumentar la demanda de servicios digitales”, enfatizó.
Riesgo del uso de criptomonedas en Afganistán
No osbtante, como los afganos dan uso a las criptomonedas para sacar sus fondos fuera del país, existe el riesgo adicional de que el talibán las adopte igualmente, como parte de una política económica nacional en un esfuerzo por eludir las sanciones impuestas por los países occidentales.
Por lo momentos, el talibán no se ha pronunciado sobre el uso de los activos digitales. Pero estos no carecen de defensores entre sus partidarios.
Por ejemplo, una mujer afgano-estadounidense que utiliza el seudónimo “Bibi Janey” en Twitter, sugirió a los dirigentes del talibán aprendan a intercambiar y hacer transacciones en criptodivisas, pues está convencida de la capacidad de enviar transacciones anónimas evitando los sistemas financieros de Occidente es una gran herramienta financiera para el nuevo régimen de Afganistán.
A pesar de su enorme potencial para ayudar a los necesitados, la amenaza de que los activos digitales también faciliten las barbaridades del nuevo régimen afgano que es condenado internacionalmente, puede provocar más ira dentro de la comunidad de escépticos de Occidente.
