En una encuesta independiente realizada por Finder, Filipinas superó a otros 19 países. Según el Banco Mundial, Tailandia superó a Japón (2%), Estados Unidos (2,8%) y Canadá (2,4%) en cuanto a la propiedad de NFT (5% del total).
¿Por qué Filipinas ha adoptado los NFTs?
Según Axie Infinity, Filipinas alberga el 40% de todos los jugadores activos del juego. Propiedad de NFT en Filipinas, según Coindesk Market
Durante el brote, el juego para ganar se extendió por toda Filipinas. Proporcionó una fuente de ingresos adicional, incluso mayor que el salario mínimo. Los jugadores de Axie Infinity son un 40% filipinos, según las estadísticas del juego.
Según Finder, la mayoría de los propietarios de NFT en Filipinas eran mayores de 65 años. Históricamente, los grupos de edad más jóvenes han estado a la cabeza de los movimientos de criptomonedas y NFT. La investigación de Stilts descubrió que el 94% de los compradores de bitcoin son miembros de la Generación Z o Millennials (18-40 años).
Según el servicio de noticias australiano, se espera que el uso de NFTs en Filipinas alcance el 41,5% en un futuro próximo. La llegada de los gremios del juego en Filipinas ha desempeñado un papel importante en este desarrollo. Se trata de una alternativa viable debido al elevado coste que supone entrar en el juego en estos momentos. Los empleados pueden pedir prestados un escuadrón de tres hachas a los jugadores más acomodados (gestores) según las condiciones de este sistema (becarios).
Yield Guild Games, que es propiedad de filipinos, es el mayor jugador. YGG es un gremio de juegos basado en blockchain que une a los jugadores con el fin de obtener beneficios de sus esfuerzos. Aquellos que poseen NFTs de monstruos Axie pueden prestarlos a los jugadores para ganar dinero a través de tokens de recompensa en el juego. Ya cuenta con 25.000 jugadores en más de 12 países.
Por decirlo de otra manera, los gremios de “jugar para ganar” como YGG ayudarán a la expansión de la adopción en Filipinas para 2022. En contraste con el juego casual, los juegos “play-to-earn” están reconocidos como empleo oficial en el país, mientras que el juego casual se considera una actividad recreativa.
