El 6 de marzo de 2025, Tucker Carlson, conocido periodista y comentarista político, compartió una entrevista de 40 minutos con Sam Bankman-Fried (SBF), fundador del colapsado exchange de criptomonedas FTX, desde la prisión Metropolitan Detention Center (MDC) en Brooklyn, Nueva York. Este encuentro, publicado en la cuenta de X de Carlson, ha generado revuelo en la comunidad cripto y más allá, al ofrecer una ventana a la vida carcelaria de SBF y plantear preguntas sobre su pasado, su situación actual y las implicaciones políticas de su caso. Sin embargo, un artículo reciente en The Crypto Times (7 de marzo de 2025) titulado «Why Didn’t the Democrats Save SBF Like Tony Podesta?» agrega una dimensión intrigante: ¿por qué SBF, a diferencia de figuras como Tony Podesta, no recibió un salvavidas político de los demócratas?
Sam Bankman-Fried, quien cumple una sentencia de 25 años por fraude y conspiración tras el desplome de FTX en 2022, habló con Carlson sobre su experiencia en prisión. Durante la entrevista, SBF describió cómo ha pasado dos años en MDC, un lugar que comparte con figuras notorias como Sean «Diddy» Combs, arrestado por cargos de crimen organizado y tráfico sexual. Cuando Carlson le preguntó si había hecho amigos o conocido a Diddy, SBF respondió afirmativamente, destacando que este último había sido amable con él. Este detalle humano contrasta con la imagen de un magnate cripto que alguna vez manejó miles de millones de dólares, mostrando cómo la prisión ha nivelado su estatus.
El artículo de The Crypto Times plantea una pregunta crítica: ¿por qué los demócratas, quienes recibieron millones en donaciones de SBF durante las elecciones de 2022, no intervinieron para mitigar su caída como lo hicieron con Tony Podesta? Tony, un influyente lobista demócrata y hermano de John Podesta (exjefe de campaña de Hillary Clinton), enfrentó escrutinios durante la investigación de Robert Mueller sobre la interferencia rusa en 2016. A pesar de ello, Podesta evitó cargos y resurgió como consultor para empresas como Huawei, gracias a sus conexiones con la administración Biden. SBF, en cambio, parece haber sido abandonado por sus antiguos aliados políticos.
Una posible explicación radica en la magnitud del escándalo de FTX. Según reportes de Forbes y The American Prospect, SBF donó más de $100 millones a causas demócratas, pero el colapso de su imperio dejó a inversores y clientes con pérdidas de $11 mil millones. Este nivel de daño financiero, combinado con acusaciones de fraude masivo, pudo haber hecho políticamente insostenible cualquier intento de rescatarlo. En contraste, las acusaciones contra Tony Podesta fueron menos públicas y no involucraron pérdidas directas tan devastadoras, permitiéndole una recuperación discreta.
La entrevista también tocó aspectos personales de SBF. Carlson preguntó si alguna vez usó Adderall, a lo que SBF respondió con evasivas, y exploró cómo la prisión ha cambiado su perspectiva. SBF reflexionó sobre su tiempo en FTX, recordando la presión constante de gestionar Slack y reuniones sin preparación adecuada, un contraste con la rutina estructurada de la cárcel. Este cambio, según Carlson, parece haberlo hecho «menos nervioso», sugiriendo una adaptación inesperada a su nueva realidad.
El trasfondo político añade otra capa. The Nation (2022) describió a SBF como un «príncipe emergente» entre los demócratas, pero su caída abrupta tras las elecciones de medio término de 2022 lo convirtió en un lastre. Mientras Trump y los republicanos han capitalizado el auge cripto, prometiendo políticas favorables, los demócratas han adoptado una postura más cautelosa, quizás para evitar asociarse con el legado tóxico de SBF. El artículo de The Crypto Times sugiere que esta diferencia refleja una estrategia: Tony Podesta fue salvado por su utilidad continua, mientras que SBF, sin un imperio que ofrecer, perdió relevancia.
La entrevista de Carlson no solo humaniza a SBF, sino que también reaviva debates sobre la intersección entre criptomonedas, política y justicia. ¿Podría un indulto, como especulan algunos en X, estar en el horizonte? Por ahora, SBF permanece tras las rejas, un símbolo de los riesgos del mundo cripto y de las lealtades volubles en Washington.
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