Ayer, el expresidente estadounidense Donald Trump y el magnate tecnológico Elon Musk mantuvieron una muy anticipada entrevista en la plataforma social X (anteriormente conocida como Twitter) 🐦. La conversación, que duró aproximadamente dos horas ⏰, estuvo marcada por algunos problemas técnicos iniciales que retrasaron su comienzo unos 45 minutos debido a un supuesto ataque masivo de denegación de servicio a la plataforma💻🚫.
Durante el encuentro, que más que una entrevista fue una charla amistosa 🤝, Trump y Musk abordaron diversos temas. El expresidente relató en detalle cómo sobrevivió a un intento de asesinato en julio pasado durante un mitin en Pensilvania 😱, atribuyendo su supervivencia a un «milagro» 🙏. También defendió su relación con líderes extranjeros controvertidos como Vladimir Putin y Kim Jong-un 🌍👨💼, afirmando que «llevarse bien con ellos es bueno».
En cuanto a temas de política interna 🏛️, Trump reiteró varias de sus posturas habituales, incluyendo críticas a las políticas migratorias «débiles» de la administración Biden-Harris 🛂. Llegó a prometer que si regresa a la Casa Blanca realizará «la mayor deportación en la historia» del país🚨. También atacó a la ahora candidata demócrata Kamala Harris 👩🏾, calificándola de «inepta» y «radical».
Por su parte, Musk evitó confrontar a Trump y más bien le brindó un espacio para expresarse sin filtros ni cuestionamientos 🎤. El dueño de X elogió al republicano 🐘, afirmando que cree que «está en el camino correcto» para el «destino de la civilización» 🌟. Trump agradeció el apoyo de Musk, destacando que «significa mucho» para él 🙌.
La muy publicitada entrevista Trump-Musk dejó más titulares por sus problemas técnicos y la dinámica de mutua adulación entre ambas figuras que por su contenido sustancial 📰. Sirvió para que el candidato republicano reiterara su discurso habitual sin ser cuestionado, mientras recibía el respaldo de uno de los hombres más ricos e influyentes del mundo tecnológico 💰💻.
